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El caso taiwanés que trajo Pivotes a Chile
y que inspiró a Evelyn Matthei
El 27 de junio pasado,en el seminario organizado por Pivotes «Tecnología: ¿Aliada o enemiga de la Democracia?», la exministra de Asuntos Digitales de Taiwán, Audrey Tang expuso su experiencia en el uso de la tecnología como herramienta para mejorar la escucha de las ideas ciudadanas y la gobernanza democrática.
Dos horas después del seminario, Tang, acompañada por Bernardo Larraín, presidente del centro de incidencia, tuvieron una reunión privada con la alcaldesa de Providencia Evelyn Matthei. Ahí la taiwanesa narró cómo el país a través de mecanismos de participación ciudadana digital, logró mejorar los índices de confianza en las instituciones públicas que estaban muy deteriorados y lograr que hoy el 91% de los taiwaneses consideran que su democracia funciona bien o correctamente.
Desde ese día, Matthei, una de las cartas más posibles a la carrera presidencial de 2025, quedó flechada con la idea de implementar una idea similar en Chile. Es un plan que dio a conocer públicamente en el seminario de Security realizado este martes.
‘Tenemos que pensar en formas de funcionar aunque no haya una reforma al sistema político. Porque existe la posibilidad de que no haya ninguna reforma. Y en ese sentido, lo que estamos mirando, y les recomiendo que se metan en un seminario que organizó Pivotes, es un sistema de participación ciudadana que se echó a andar en Taiwán con enorme éxito. Este sistema permite avanzar en acuerdos involucrando a la ciudadanía’, dijo.
Y agregó: ‘Pero es una participación ciudadana donde no se inscribe el que quiere, si no que, en forma aleatoria y representativa, se invita a mucha gente a dar su opinión, porque la participación que es voluntaria siempre significa que van los más fanáticos y cuando van los más fanáticos, van a defender solamente sus ideas y no a tratar de llegar a acuerdos’.
El origen del modelo de democracia digital taiwanesa se remonta a 2014 cuando el país atravesaba una de las peores crisis de legitimidad de sus instituciones con el surgimiento del Movimiento de los Girasoles, una serie de protestas de estudiantes taiwaneses y grupos de la sociedad civil en contra del acuerdo comercial firmado con China para liberalizar el comercio entre ambas naciones.
Fue una crisis que culminó con la ocupación del Palacio Legislativo por alrededor de tres semanas. El hito logró impedir la ratificación del tratado y empujó al Gobierno a incorporar a los líderes del movimiento, entre ellos hackers, programadores y activistas digitales, a sus decisiones. Así, adoptaron parte de las herramientas tecnológicas diseñadas por ellos para organizar a la ciudadanía y generar instancias de discusión cívica.
Algunos de estos líderes pasaron luego a formar parte del gobierno taiwanés, como es el caso Audrey Tang, la programadora de software y activista digital que en el 2016 se transformó en la ministra de Asunto Digitales de Taiwán del Gobierno liderado por el Partido Democrático Progresista. Durante su administración, se encargó de convertir estas herramientas digitales en programas gubernamentales para fomentar la participación pública y la transparencia estatal. Ese es el modelo que vino a exponer a Chile y que terminó encantando a la alcaldesa Matthei.