PULSO
Informe de Pivotes calcula
que el quintil más pobre recibiría sólo el 5% de un eventual sexto retiro
El debate por los retiros de los fondos previsionales podría no haber acabado, puesto que el 18 de abril eventualmente se puede reabrir esa discusión, ya que se cumple el plazo de un año desde que fue rechazado en la Cámara de Diputados el proyecto llamado como quinto retiro.
En un informe, el laboratorio de políticas públicas Pivotes analizó cuánto dinero se podría retirar de los fondos de pensiones con un sexto retiro, y a quiénes les llegaría, además de ver los efectos que tendría sobre la economía y los hogares chilenos. Todo ello, simulando que el diseño de este nuevo giro sería igual a los anteriores, y usando las bases de la Superintendencia de Pensiones.
En el documento titulado “Sexto retiro: ¿A quiénes les llega y cuáles serían los daños?”, Pivotes estima que cerca de 10,5 millones de personas podrían realizar un sexto retiro, girando un total de US$19.442 millones de los fondos previsionales. Esto se sumaría a los US$51.381 millones que ya se han sacado por los tres primeros retiros que aprobó el Congreso.
¿A quiénes llegarían estos recursos? Pivotes observa la condición laboral en que se encuentran quienes podrían acceder a este sexto giro de las AFP, y concluye que 5.939.580 son personas que hoy están empleadas formalmente, y podrían retirar US$12.831 millones, esto es el 66% del total de los fondos que se podrían sacar. En tanto, 3.760.340 son personas que no tienen empleo formal, quienes podrían girar US$4.740 millones, un 24% del monto total. Por último, 760.120 son pensionados que podrían retirar US$1.871 millones, un 10% del monto total.
Al ver cómo se distribuirían los más de US$19 mil millones que se podrían sacar según los niveles de ingreso de los hogares, “se obtiene que sólo un 5% de los recursos de un sexto retiro llegaría a los hogares del quintil más pobre (20% de menores ingresos, Q1), mientras que un 43% de los recursos llegaría a los hogares del quintil más rico (20% de mayores ingresos, Q5)”, dice el estudio.
Lo anterior, porque el informe muestra que US$1.048 millones irían al primer quintil (5%), US$2.055 millones llegarían al segundo quintil (11%), US$3.307 millones irían a parar al tercer quintil (17%), US$4.619 millones serían para el cuarto quintil (24%), y US$8.413 millones irían al quinto quintil (43%).
Estos cálculos Pivotes los realizó usando las bases de la Superintendencia de Pensiones, lo cual “entrega un historial de los fondos acumulados en la Cuenta de Capitalización Individual Obligatoria de cada afiliado. Estos fondos dependen directamente de los sueldos de los afiliados y de la densidad de sus cotizaciones, lo que está altamente correlacionado con los ingresos autónomos de las personas. De esta forma, se clasifica el universo de afiliados a las AFP según quintil de ingreso usando la cantidad de recursos que tenían acumulados en su Cuenta de Capitalización Individual Obligatoria antes del primer retiro, controlando por edad y sexo”, puntualiza el documento.
La directora de Evidencia de Pivotes, Elisa Cabezón, comenta que “los impulsores de discutir un sexto retiro hablan de que es una iniciativa para apoyar a los más vulnerables, o, como dice Pamela Jiles, a los ‘sinmonea’. Pero los datos muestran que el 43% de los recursos se iría a los hogares del quintil más rico, y sólo un 5% llegaría al quintil de menores ingresos. A esto se suma que el 66% llegaría a personas que hoy tienen empleo formal. Claramente un nuevo retiro no se focaliza en quienes más lo necesitan”.
Cabezón agrega que “mientras los recursos de un sexto retiro llegarían principalmente a personas con empleo formal y a los hogares de mayores ingresos, la medida traería consecuencias negativas a todos los chilenos, independiente si retiran o no: presionaría la inflación al alza, quemando el poder adquisitivo de los sueldos, y agudizaría el estrés financiero de la economía local, lo que puede llevar a una recesión económica que se traduce en menores salarios y menores oportunidades de empleo para los hogares”.
Con todo, los más de US$19 mil millones que se podrían sacar en un sexto giro es “un monto equivalente al 24% del presupuesto fiscal 2023″ que se transferiría “al bolsillo de los chilenos de forma líquida”, señala el estudio, y agrega que ello presionaría la inflación al alza. Y añade que esto, a su vez, presionaría al Banco Central para hacer una nueva subida de la TPM. Además, el documento plantea que un eventual sexto retiro implica sacar recursos del mercado de capitales, “reduciendo más todavía la disponibilidad de financiamiento para empresas y proyectos económicos”. Todo lo anterior “agudizaría el estrés financiero del país, aumentando el riesgo de recesión económica”, asegura.
Compensar lo retirado
De concretarse un nuevo retiro, y sumando los recursos que ya se han sacado de las AFP por los tres primeros, “estaremos US$70.823 millones más lejos de subir las pensiones”, dice el estudio. ¿Qué implica eso? Cabezón comenta que “el daño en pensiones de los retiros ha sido enorme. Para compensar por los retiros anteriores, y sumando un eventual sexto, se tendría que colocar en los ahorros previsionales de los futuros jubilados recursos equivalentes a 517 hospitales de alta complejidad”.
Por otro lado, Pivotes hace una proyección respecto de cuánto debiera aumentar la Pensión Garantizada Universal (PGU) para los futuros pensionados para lograr compensar los tres retiros que se han concretado más un eventual giro adicional. “Para esto, se estima el monto total retirado de los fondos de pensiones por rango de edad de la población activa (mayores de 18 y menores de 65 años), y se proyecta cuánto sería ese monto en pensión si se hubiera mantenido invertido en las AFP para cada rango de edad”, puntualiza el documento.
Ahí concluye que “la población activa (no pensionada) en promedio su pensión cae en $54.304 pesos ($67.675 en hombres y $40.961 en mujeres) después de los cuatro retiros. Esto equivale al 26% de la PGU actual de $206.173. La generación que más retrocede con los retiros es la población que hoy tiene entre 45 y 50 años, en que la pensión cae un $73.392 en promedio producto de los retiros, lo que equivale al 36% de la PGU actual”.