La Tercera
Acuerdo mínimo en el INBA:
no a la violencia
Señor director:
En el INBA, 35 alumnos resultaron heridos y cuatro están en riesgo vital por quemaduras tras la explosión de bombas molotov que presuntamente se encontraban en preparación.
¿Cómo podemos hablar de derecho a la educación o de calidad, si ni siquiera aseguramos que los establecimientos educacionales sean espacios seguros para niños, niñas y adolescentes?
El desafío es conjunto. La base es una condena absoluta a la violencia. La ambigua declaración de los apoderados del INBA es desesperanzadora. Los cambios en educación, desde la infraestructura hasta el aprendizaje y el bienestar, deben sostenerse en nuestra capacidad democrática de resolver nuestros problemas por medios pacíficos. Señalar que es necesario arriesgar la vida para ser escuchado es asumir un fracaso de la democracia, que sólo se consolida si la comunidad escolar valida la violencia y las bombas molotov.
Alumnos, apoderados, profesores, directivos y sostenedores deberían tener un acuerdo mínimo: la educación es un derecho y es deber del Estado garantizarlo.
Es urgente que la educación sea declarada un servicio esencial, para que pasemos de la tolerancia a la acción a la hora de enfrentar preventivamente estas situaciones. Esto permitiría, por ejemplo, exigir a los sostenedores contar con protocolos e implementar medidas concretas vinculadas con la seguridad en los establecimientos y prever sanciones drásticas para quienes las incumplan.