EL AUSTRAL DE LOS RÍOS
Deserción escolar
Carta de Carmen Luz Assadi
Señora directora:
El Mineduc informó que 50.529 estudiantes se desvincularon en 2022. Detrás de estos, no hay sólo pérdidas de habilidades cognitivas, sino que también sociales y emocionales.
Pero por sobre todo, estas pueden significar un importante riesgo en la manera en que se va confeccionando el ideario de un ciudadano que no tuvo educación.
Un niño que no fue a la escuela tiene menos habilidades sociales.
No cuenta con las competencias digitales para enfrentar los desafíos laborales del futuro, tampoco conoció un marco de disciplina que le otorgue hábitos de autocontrol y automotivación. Por último, es un niño que no contará con la virtuosa consistencia valórica que le entrega una comunidad educativa y la relación entre pares.
La consecuencia de lo anterior será probablemente, un peor trabajo, que le acarreará peores niveles de satisfacción y realización personal. Esto trascenderá a un ciudadano menos seguro de sus capacidades y de los resultados que podría alcanzar con su propia energía. Un ciudadano que, con menos agencia personal, responsabilizará a la suerte o a terceros, de sus eventuales fracasos.
Una persona que, teniendo menos control sobre sus éxitos, tendrá menor valoración por el esfuerzo que implica el trabajo.
En resumen, se habrá formado una persona que deberá renunciar a la libertad de elegir y alcanzar sus metas, para descansar y depender más del sistema y de la sociedad.
El análisis se hace necesario para entender que no existe una variable más importante que la educación para avanzar hacia un país próspero, con ciudadanos que sean agentes activos en su desarrollo.