LA TERCERA
Estado y capital humano
Señor director:
Más allá de polemizar con los McKinsey, Bain, BCG y los Big Four en cuanto a su precio y conocimiento, la pregunta que se formula Mariana Mazzucato en su último libro es relevante en cuanto a la formación de capacidades al interior del Estado, lo que la autora denomina in-house capabilities.
Y es que, efectivamente, la contratación de asesores de toda especie -esos funcionarios de exclusiva confianza, cuyo mérito tiende a ser menor que la intensidad de la amistad con su empleador- termina infantilizando a los funcionarios públicos, en tanto se les priva de la oportunidad de trabajar en las problemáticas más desafiantes, peliagudas y gratificantes.
Lo que ello devela, siguiendo a Mazzucato, es que cada equipo de gobierno -sin excepción- carece de la voluntad de invertir en el capital humano que conforma al propio aparato público que es llamado a dirigir, despojando al Estado de la posibilidad de atraer los talentos que requiere para desempeñarse en forma eficaz y eficiente.
Bien valdría la pena que el actual gobierno, que tiene una fuerte cercanía con la economista italiana, tomara este desafío y se atreviera a innovar para tener, finalmente, un mejor Estado.