LA TERCERA
Barco a la deriva
Carta de Amaya Fraile y Rafael Palacios
Señor director:
El sábado la portada de su diario mostraba las dramáticas cifras de desvinculaciones por “razones de confianza” de directivos públicos contratados por el sistema de Alta Dirección Pública. Una vez más, cerca de la mitad de los directivos de primer nivel y más de un 10% de segundo nivel ya han sido desvinculados, lo que, para el presidente del Consejo de ADP es enteramente “razonable”, pues el Presidente Boric no podría gobernar con las autoridades designadas por el Presidente Piñera, tal como este no podría gobernar con las autoridades de Bachelet.
Curiosa razonabilidad aquella que presupone desconfianza por afiliación política, como si se tratara de un defecto insubsanable, incompatibilidad más propia de la religión que de la democracia. Más todavía si llenar esas vacantes puede requerir de seis o más meses en los que dichas responsabilidades recaerán en suplencias, las que pueden prolongarse todavía más de caer en la imposibilidad de hacer concursos en los últimos ocho meses de gobierno.
El Estado es una nave difícil de gobernar para cualquier capitán, por lo que cambiar de tripulación en cada recalada, aun cuando se tenga claridad en el rumbo, eleva exponencialmente las posibilidades de quedar a merced de las corrientes o simplemente a la deriva.