Nueva Educación Pública:

SEÑOR DIRECTOR:

Un estudio reciente de la Universidad del Desarrollo daba cuenta de 45 municipios que cumplirían con las condiciones para postergar el traspaso de liceos públicos a los Servicios locales de educación (“SLEP”). Esto muestra un espíritu que apunta en la línea correcta: que quienes administren la educación pública sean aquellos que mejor hacen su trabajo.

Desde Pivotes, sin embargo, nos preguntamos: ¿tiene sentido limitar esta posibilidad a municipios? Si la prioridad es que la administración recaiga en las manos más capacitadas, y ciertos SLEP han mostrado no serlas, ¿por qué no considerar también a instituciones privadas con probada experiencia impartiendo educación?

En Colombia “Alianza Educativa”, organización sin fines de lucro apoyada por el empresario David Vélez, gestiona 11 colegios públicos en Bogotá que reciben estudiantes de sectores desfavorecidos; tres de ellos hoy se encuentran dentro de los 10 mejores colegios públicos de la ciudad. En los Países Bajos un 74% de las escuelas son administradas por organizaciones privadas con fondos públicos. En el Reino Unido las Academies y las Free Schools también tienen administración privada y financiamiento público con resultados en la última prueba PISA del año 2022 sobre el promedio de la OCDE.

En Chile se podría utilizar la figura de los convenios de administración delegada ya existentes en nuestra legislación, los cuales permiten que instituciones privadas provean educación pública, como es el caso de los liceos técnicos administrados por gremios empresariales.

La envergadura del problema exige soluciones ambiciosas e innovadoras, que apunten a entregar a niños y niñas la mejor educación posible. Eso exige elegir como administradores de los establecimientos públicos a aquellos que estén mejor preparados, sin importar su forma de organización, y ahí la sociedad civil y el mundo privado tiene mucho que decir y aportar.

Angélica Cepeda – Directora Ejecutiva Pivotes