EL PINGÜINO
Pescado, mesa y futuro
Señor Director:
A pesar de nuestros 6.435 kilómetros de línea costera, los chilenos consumimos tan solo 12,67 kg de pescado por habitante al año, en comparación con los 77 kg de carne. Ante el desafío del cambio climático y una población mundial que podría ascender a 10.400 millones para el año 2080, se hace imprescindible fomentar nuevas fuentes de proteínas de bajo impacto ambiental. La salmonicultura surge como una buena opción, al generar tan solo un 2,91% de las emisiones que produce la ganadería por tonelada de proteína de salmón, usando apenas un 4,8% del suelo y reduciendo significativamente la contaminación por fosfato y nitrógeno.
El reciente acuerdo de Chile para exportar salmón Coho fresco a China es un avance positivo en esta materia, sobre todo teniendo en cuenta que la salmonicultura aporta 7,8% del PIB y 4,8% del empleo en la Región de Magallanes, por lo que su crecimiento se traduce directamente en una mejor calidad de vida para las familias de la región. Es esencial hacerse cargo, desde la política pública, de los errores cometidos por la industria durante su historia y analizar qué medidas son necesarias para fomentar la producción y, en paralelo, tener presente la protección del medio ambiente y la sustentabilidad. Solo de esta forma podremos proyectar la salmonicultura de manera sustentable al futuro.