El Líbero
Reforma al sistema político:
¿Calidad o cantidad?
Señor director:
El diputado Jaime Araya, jefe de la bancada de diputados independientes-PPD, se manifiesta en contra de una reforma al sistema político. Argumenta que la fragmentada Cámara de Diputados sería “eficiente” para aprobar leyes y se refiere, en particular, a la prolífica agenda de seguridad.
Sin embargo, es evidente que esta fragmentación implica costos de negociación más altos en reformas complejas. El aumento desde 8 a más de 20 partidos desde el 2014 hasta hoy, dificulta las negociaciones y genera más actores con capacidad de veto, a lo que se suma el desorden interno de las colectividades y el hecho que casi un tercio de los diputados no tiene militancia.
La cantidad de proyectos aprobados no es el mejor indicador de la salud de la política, sino la capacidad de acordar reformas sustantivas. La tardanza en aprobar iniciativas como pensiones, salud, notarios y gobierno judicial son el mejor reflejo de la debilidad de nuestro sistema político.
Si bien es cierto que hay materias en las que los gobiernos avanzan, lo hacen, principalmente, en la agenda de las oposiciones. En este gobierno ha sido la seguridad; en el anterior, fue la solidaridad en pensiones (PGU) o el matrimonio igualitario, lo que es un síntoma más de la disfuncionalidad de nuestro sistema.
No hay crecimiento económico sin una política que funcione bien. Retomar el progreso exige enfrentar estos problemas, aunque no sean populares.