EL DÍNAMO

Educación: recursos que no llegan

Por: Bárbara Manríquez y José Antonio Valenzuela

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Un revelador artículo publicado por el diario La Tercera reveló la situación respecto a la ejecución del gasto público en materia de educación, cartera que representa casi un 20% del total de gasto público del país. En él se da cuenta de una ejecución “normal” a nivel global, pero particularmente bajas en ciertos programas. Algunos ejemplos de estos son el Fondo de Apoyo a la Educación Pública y el Fondo de Reactivación Educativa, que a junio de este año tenía una ejecución de tan solo un 16,7% y en agosto de 32,5%. Resulta particularmente preocupante que, en un contexto crítico para el sistema educativo, donde todos los esfuerzos debiesen enfocarse en facilitar las condiciones para que las escuelas sean capaces de enfrentar los desafíos heredados de la pandemia y su impacto en los aprendizajes, los recursos no estén llegando a ellas.

El Ministerio de Educación señala que esto estaría originado en el requisito de firma de convenios entre la Dirección de Educación Pública y los establecimientos, y en el requisito de haber rendido o reintegrado los recursos de períodos anteriores, previo a la recepción de nuevos fondos. Si bien esto es parcialmente correcto, ignora dos aspectos relevantes. Primero, la subejecución de la Subvención Escolar Preferencial (SEP), destinada a los estudiantes más vulnerables, ha sido un problema desde su origen, y se estima que los saldos inutilizados acumulados superan los $500.000 millones. Segundo, ya el año 2021 más de 169.000 potenciales beneficiarios de esta misma subvención no la recibieron debido a la decisión voluntaria de los sostenedores de no acceder a ella, presumiblemente por la excesiva carga burocrática que implica su rendición. Si estos establecimientos decidieran recibir esta subvención se cerraría la brecha de cobertura en más de un quinto.

Esto, por supuesto, no es sorpresa para el Mineduc, que a principios de este año recibió de la Dirección de Presupuestos una evaluación de la efectividad de la SEP donde se recomendaba a la autoridad a “profundizar en las razones por las cuales hay sostenedores que, cumpliendo con los criterios SEP, deciden no adscribirse a ésta”. De hecho, la respuesta del Ministerio a esta recomendación fue que se “evaluará la posibilidad” de que “se considere el levantamiento de un estudio que permita identificar los motivos” de esta decisión por parte de los sostenedores.
Pero la realidad es que ya hay un diagnóstico claro al respecto. El Boletín 12.979-04 que “extiende y moderniza la subvención escolar preferencial” daba cuenta de forma clara y detallada de todos los factores que estaban dificultando la ejecución de los recursos y el que estos llegaran a todos los potenciales beneficiarios. Entre ellas cabe destacar que el exceso de burocracia y rigidez (duplicidad de rendiciones e incertidumbre respecto al uso de los recursos) para su acceso ha disuadido a muchas instituciones a solicitar estos recursos y que no se ha adecuado la normativa existente a las nuevas instituciones públicas en la materia, que permitirían alivianar la carga burocrática a los equipos directivos de las escuelas que hoy no reciben estos fondos. El proyecto de ley buscaba corregir estas falencias y facilitar el acceso y uso de estos fondos destinados a los alumnos más vulnerables del país.

Ante este diagnóstico, bien podría el Mineduc aclarar si lo comparte o si su diagnóstico es opuesto al de la anterior administración. Este último podría ser el caso si consideramos que la autoridad le quitó la urgencia legislativa a la tramitación de este proyecto y presentó recientemente indicaciones al mismo que desvirtúan su propósito e impedirían un aumento de los beneficiarios y de la ejecución de estos recursos. No lo sabremos hasta que el Ministro concurra a la Comisión de Educación del Senado y explique su postura en la materia. Sabemos que existe un problema, la Dirección de Presupuestos y el Ministerio de Educación de este gobierno así lo han reconocido. También hay un diagnóstico y una propuesta de solución. Es momento de que el Mineduc explicite su postura, y si esta es de no avanzar en el proyecto que ya existe, nos explique cuál es su diagnóstico y cómo pretende resolver el problema.

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