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Indicaciones en pensiones:

los avances y las advertencias

Por: Elisa Cabezón

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Indicaciones en pensiones: los avances y las advertencias

De los siete puntos extras de cotización, 4,5 puntos irían íntegramente a las cuentas individuales. Esto mejora las futuras pensiones de forma sostenible a través del fortalecimiento de los ahorros y entrega más recursos a las inversiones, crucial para el crecimiento del país. Hay que recordar que, producto de los retiros, la cantidad de ahorros invertidos en la economía local tuvo una importante caída equivalente a 14 puntos del PIB.

Además, estos 4,5 puntos extras validan el ahorro individual como pilar importante en el sistema de pensiones, respetando la propiedad privada de los trabajadores y se impide que un inversor público participe en la administración de estos fondos, manteniendo la responsabilidad en inversores privados regulados por un ente estatal. Importante reconocimiento al sistema de capitalización individual creado en 1981.

A pesar de estos avances, las indicaciones tienen ciertos riesgos o desafíos que son importantes de advertir. Se crea un préstamo de los trabajadores al Estado equivalente a 1,5 puntos de los sueldos para mejorar las actuales pensiones. Esta cotización la recibirá un fondo estatal autónomo, llamado Fondo Autónomo de Protección Previsional (FAPP).

Se financia un bono equivalente a 0,1 UF por año cotizado para actuales jubilados, con un mínimo de años trabajados. El préstamo de los trabajadores quedará registrado en sus cuentas individuales, con el compromiso de que el FAPP se los devolverá en forma de pensión más un interés equivalente al que entregan los bonos del tesoro en el mercado público.

Los recursos que los trabajadores le prestan al Estado para mejorar las actuales pensiones no quedarán reflejados como deuda pública, pues en el registro contable el que se endeuda no es el Fisco, es el nuevo fondo estatal autónomo (FAPP). El Estado tendrá que colocar ingresos fiscales sólo en caso de que el FAPP no sea capaz de devolver el préstamo en el futuro.

Por lo tanto, a través de la creación del préstamo y del FAPP, se logra algo que suena muy atractivo: se aumentan las actuales pensiones, se fortalece el ahorro de los trabajadores y no se aumenta la deuda pública. Entonces, ¿por qué no pasamos toda la cuenta individual a préstamo? Porque la magia no existe en las finanzas. Es importante transparentar a la ciudadanía las implicancias menos atractivas del nuevo instrumento.

En caso de que el FAPP no sea capaz de devolver el dinero a los trabajadores, un futuro gobierno tendrá que hacerse cargo a través del presupuesto general, recortando servicios públicos o aumentando los impuestos. Y en caso de que el FAPP logre devolverlo, implica que este fondo tuvo rentabilidades superiores a lo que se devuelve a los trabajadores, lo que es un costo de oportunidad para éstos. En resumen, el costo de aumentar las pensiones hoy con el préstamo o lo pagan los futuros ciudadanos o lo asumen los actuales trabajadores con menos recursos en sus ahorros.

Dado este diseño, debemos evitar que un futuro gobierno vuelva más generoso el bono por año cotizado que pague el FAPP, pues eso aumenta el riesgo de que el fondo quiebre y los ciudadanos debamos hacernos cargo de esa deuda con ingresos fiscales futuros. También se debe evitar que en el tiempo aumente la cotización de los trabajadores hacia el préstamo, pues tiene un costo en sus ahorros afectando las futuras pensiones autofinanciadas. Por último, se debe exigir un transparente informe de sostenibilidad del FAPP al gobierno, que dé tranquilidad respecto a las futuras finanzas públicas.

Para terminar, hay que advertir que el mercado laboral chileno no podrá absorber los siete puntos extras de cotización sin crecimiento económico, sin que los emprendimientos y empresas puedan desarrollarse y crear empleos formales de calidad. De hecho, en los últimos dos años el número de empleos formales ha caído en 108.268 puestos de trabajo.

Se argumenta que los 4,5 puntos a cuenta individual ayudarán a fortalecer la inversión y el crecimiento. Pero este aumento comenzará a partir del cuarto año de la reforma y su efecto no es inmediato. Entonces la gran pregunta es ¿qué políticas públicas impulsarán como primera prioridad el Congreso y el Poder Ejecutivo para facilitar el crecimiento de empresas y emprendimientos productivos y lograr absorber estos puntos extras de cotización?

Creo que los acuerdos logrados en el Senado son un gran avance. Se consolida el financiamiento de las pensiones a través de las inversiones en el mercado de capitales, la mejor receta para enfrentar el envejecimiento de la población, se respeta la propiedad de los trabajadores y su capacidad de elegir a su inversor privado. Pero se debe advertir sobre los riesgos del préstamo para evitar que aumente en el tiempo y es necesario alertar los efectos en el mercado laboral para que las autoridades avancen en una agenda que busque fortalecer y facilitar la creación de empleos de calidad.

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