EL MOSTRADOR
La reforma de pensiones y cómo deja atrás a la clase media
Gran parte de la clase media chilena se siente desprotegida ante los vaivenes de la economía y poco asistida por las ayudas estatales. Hay un dicho conocido: “Soy muy pobre para los bancos y muy rico para el Estado”. Uno de los grandes desafíos de las políticas públicas es cómo llegar a la clase media. Pero la actual reforma de pensiones, en lugar de ayudarla, la perjudica. Explico.
Hoy la tasa de cotización es un 10% de los sueldos que se deposita en las cuentas de capitalización individual, en que el dinero se invierte en el mercado de capitales. Las cotizaciones y la rentabilidad lograda son de propiedad de cada trabajador. La novedad en la actual reforma de pensiones es aumentar la tasa de cotización del 10% al 16,5%, y que el 6% extra se deposite en el nuevo Seguro Social.
En este Seguro Social el 6% de cotización se registra en las llamadas “cuentas nocionales”, que son cuentas personales FICTICIAS. ¿Por qué son ficticias? Porque las cuentas realmente no existen, es solo un registro. El dinero se deposita en un fondo colectivo administrado por el Estado y la cotización no es de propiedad del trabajador, sino que le entrega un derecho de pensión futura.
¿Cómo se determina esta futura pensión del Seguro Social? Cada trabajador tendrá su cuenta nocional y el registro del 6% se separa en dos: un 4,2% es sobre el sueldo de cada trabajador, y el 1,8% restante es sobre el sueldo promedio de todos los trabajadores que cotizaron ese año. De esta forma, a través de este 1,8% se implementa la solidaridad intrageneracional: los trabajadores de mayores sueldos (sobre el promedio) subsidian a los trabajadores de menores sueldos (bajo el promedio). Luego, a este registro el Estado le aplicará una simulación de rentabilidad, llamada rentabilidad nocional, para determinar la pensión futura de los cotizantes.
¿Muy complejo todo esto? Uf, la explicación no termina. El Estado va a invertir gran parte de este fondo colectivo en el mercado financiero, logrando una rentabilidad real. Y esta rentabilidad real lograda debe ser mayor a la rentabilidad nocional. Gracias a esta brecha de rentabilidad, el Seguro tendrá recursos para financiar otros beneficios: complemento por maternidad y por cuidados no remunerados a terceros, compensación a mujeres por las tablas de mortalidad y un bono a los actuales jubilados equivalente a 0,1 UF por año cotizado.
La gran pregunta es: ¿recibiré mejores pensiones si el 6% extra se deposita en mi cuenta de Capitalización Individual o en este Seguro Social? La respuesta: dependerá de tu nivel de ingresos y tu género. En un escenario en que no hubiera brecha de rentabilidades, todos los trabajadores sobre el sueldo promedio pierden con este Seguro Social, les conviene que su 6% extra se deposite en sus cuentas individuales y viceversa.
Luego, la Superintendencia de Pensiones estima que la futura rentabilidad lograda en los mercados financieros será un 4%, y el Gobierno ha dicho que la rentabilidad nocional en el Seguro Social será un 2%. Con esta brecha de rentabilidad se financian los otros beneficios del seguro, dirigidos principalmente a mujeres. Usando la distribución de sueldos formales del 2022, y asumiendo que crecerán a una tasa de 2,1% anual, con esta brecha de rentabilidades estimo que a todos los hombres hoy con un sueldo sobre $350.000 les conviene que el 6% extra vaya a sus cuentas de Capitalización Individual, no al Seguro Social. Y esto mismo ocurre para las mujeres con un sueldo mayor a $1.000.000. Por lo tanto, el Seguro Social beneficia a los trabajadores de menores sueldos a expensas fundamentalmente de la clase media.
Hoy, tenemos un pilar solidario compuesto por la PGU que entrega un monto de $193.917 a todos los trabajadores del 90% más vulnerables. Una forma de evaluar las pensiones es a través de las tasas de reemplazo que mide la relación entre pensión y los últimos sueldos del trabajador. Con la tasa de cotización actual del 10% junto a la PGU se logran tasas de reemplazo altas para los trabajadores de menores ingresos, pero las tasas son bajas justamente para los trabajadores de la clase media y clase media alta.
Dado que hoy tenemos un fuerte componente solidario con la PGU de $193.917 que logra cubrir bien a los trabajadores más vulnerables, pero no tan bien a la clase media, creo que debemos preguntarnos si corresponde que este 6% de cotización se deposite en el Seguro Social, en lugar de depositarse en las cuentas de capitalización individual, que beneficia más a este segundo grupo de trabajadores. Los bonos dirigidos a las mujeres son razonables, pero los montos no son tan altos, no es necesario un 6% de los sueldos formales para financiarlos. Sería bueno estimar cuánto cuestan y, a partir de eso, analizar si es más conveniente financiarlos con impuestos generales o con un impuesto al trabajo.