EL LÍBERO
Morosidad del CAE
La morosidad entre deudores del Crédito con Aval del Estado (CAE) ha experimentado diversas variaciones en la última década. En 2012, la morosidad promedio se ubicaba en 52%, la cual cayó a 35% después de que el Presidente Sebastián Piñera incorporara los beneficios de pago que se mantienen hasta la actualidad (reducción de tasa de interés de 6% a 2%, posibilidad de reducir la cuota mensual al 10% del ingreso, y suspensión de pago en caso de cesantía). Lo anterior envía una señal que no debiese sorprender: los deudores responden ante las políticas públicas del Estado. En aquella ocasión, los egresados, es decir, quienes concluyeron sus programas de estudio de manera exitosa, fueron quienes tuvieron la mayor reacción a las nuevas condiciones favorables del crédito, reduciendo su morosidad de 37% a 25% entre 2012 y 2015.
Lejos de aquellos números, la tasa de morosidad actualmente se ubica en torno al 57%, sobrepasando incluso los niveles existentes cuando el CAE tenía mayor tasa y ningún beneficio de pago.
De acuerdo con explicaciones del ministro Cataldo, esto no es sorprendente, y responde meramente al incremento histórico en la morosidad. Sin embargo, los datos muestran que desde 2015 en adelante (año en que se alcanzó el punto más bajo después de las reformas), la tasa de morosidad aumentó en 2,2 puntos porcentuales promedio al año. Entre 2020 y 2021, periodo de pandemia, la morosidad aumentó incluso un poco menos: 2 puntos porcentuales. En contraste, después de la elección del Presidente Gabriel Boric, entre diciembre de 2021 y febrero de 2022, la morosidad del CAE presentó un salto sin precedentes de 9 puntos porcentuales, la cual se revirtió levemente luego de unos meses, pero que ubica la variación 2021-2022 como más alta del periodo, correspondiente a 5 puntos porcentuales.
Así, las declaraciones del ministro Cataldo no resisten análisis, lo que lleva a una respuesta mucho más intuitiva: existen personas que dejaron de pagar el CAE producto de la promesa de condonación universal del Presidente Boric. Un estudio de Pivotes muestra que más de 70 mil personas se abstuvieron de cancelar su deuda después de la elección presidencial y no han retomado sus pagos. Lo sorprendente es que, de este grupo, 9 de cada 10 corresponde a personas que egresaron exitosamente de la educación superior, lo que es desproporcionadamente alto respecto a datos anteriores.
Cabe recordar que según datos del informe Education at a Glance (2023), los graduados chilenos tienen el premio salarial más alto de la OCDE (es decir, ingreso comparado con aquellos que no siguieron estudiando después de completar 4to medio). Lo anterior, combinado con el hecho de que el 50% de los deudores paga una cuota menor a 40 mil pesos, lleva a concluir que muy difícilmente el cese del pago de sus cuotas se deba meramente a imposibilidad económica.
A dos años del inicio del actual gobierno, escasean las claridades respecto de lo que pasará con el CAE. Mientras tanto, los incentivos siguen desalineados, la morosidad sigue aumentando, y el costo lo están pagando todos los chilenos a través de la ejecución de garantías estatales.