EL DÍNAMO

Patrimonio cultural y desarrollo

Por: Marta Canto y María Teresa Cortés

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Nuevamente, cobra urgencia entender la importancia de modernizar nuestro Estado, al menos en un plano operativo para que el país funcione adecuadamente en lo cotidiano.

Desde hace tiempo hemos venido observando la paralización prolongada de una serie de proyectos, de índole público y privado, producto de hallazgos arqueológicos. El principal motivo del que se da cuenta es la demora en los tiempos de respuesta del Consejo de Monumentos Nacionales.

El caso particular de esta institución pública llama la atención porque existe consenso respecto a que todos buscamos cuidar y proteger de manera adecuada el patrimonio cultural y que Chile es un país en vías de desarrollo, por lo tanto, se hace necesario conciliar con especial esmero el cuidado de dicho patrimonio con el progreso regional y nacional.

Nuevamente, cobra urgencia entender la importancia de modernizar nuestro Estado, al menos en un plano operativo para que el país funcione adecuadamente en lo cotidiano.
Los procesos y trámites que debe resolver el Consejo de Monumentos Nacionales, dependiente del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, requieren precisión y oportunidad, tal como otros servicios públicos, no sólo por los importantes montos que muchas veces se ven involucrados cuando se detiene un proyecto, sino también y principalmente, por el impacto que genera sobre la población una respuesta excesivamente tardía.
En la Región de los Ríos, es posible observar el efecto negativo que este tipo de paralizaciones de proyectos a partir de hallazgos arqueológicos ha tenido en la calidad de vida de los habitantes. Ejemplos de ello son el mejoramiento de las plazas Pedro de Valdivia y Chile; la restauración del museo de Arte Contemporáneo de Valdivia; la ampliación del edificio del MOP de la ciudad; distintos tramos de caminos, así como también la construcción del nuevo hospital de la Unión, sólo por mencionar algunos casos en el plano de lo público.

El nuevo hospital de La Unión, por ejemplo, significa una inversión de 85 millones de dólares en infraestructura y 27 millones de dólares en equipamiento que beneficiará a las comunas de la Unión, Paillaco y Futrono, dando cobertura de salud a aproximadamente 54.000 habitantes. Lo que aquí ocurre no es menor, pues los tiempos de respuesta del Consejo de Monumentos Nacionales no han estado a la altura de los requerimientos públicos en necesidades tan básicas de la población como la salud.

La pregunta que nos hacemos es cuánto más se replica esta situación a lo largo del país, atentando contra el legítimo desarrollo y bienestar de las personas. Chile merece contar con un Consejo de Monumentos Nacionales que dé cuenta de una estructura orgánica moderna, descentralizada y con los recursos humanos, de gestión y materiales apropiados para identificar, preservar y poner en valor como corresponde el patrimonio cultural, tarea pendiente para las autoridades que debería ser resuelta a través una Ley corta efectiva o mediante la modificación de la Ley Nº 17.288 de Monumentos Nacionales y Normas Relacionadas.

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