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¿Qué hay detrás del crecimiento económico?

El crecimiento que defendemos los “fríos” técnicos es la creación de valor, en que tanto emprendedor como clientes están mejor.

Por: Elisa Cabezón

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¿Qué hay detrás del crecimiento económico?

A los economistas que hablamos de la importancia del crecimiento nos suelen llegar varias críticas. Algunos dicen que somos “fríos”, que solo nos importa el crecimiento para maximizar el dinero de los empresarios, que defendemos un sistema económico que es una “selva”, en que el más fuerte gana a costa del más débil, donde el rico se hace más rico quitándoles a los más pobres. Pero si analizamos qué hay detrás del crecimiento de un país, qué es lo que lo genera y explica, veremos que estas críticas están muy lejos de la realidad.

El crecimiento económico se puede describir en una oración: es la generación de valor y bienestar de las personas hacia la sociedad. Te lo explico con un ejemplo. Imagina que eres un emprendedor y vendes una aspiradora automática para los departamentos. Tu costo en materiales y sueldos para crear la aspiradora es de $60.000 por unidad. Y vendes cada unidad en $100.000.

Las personas solo la comprarían a ese precio si creen que la aspiradora les entrega un beneficio superior a $100.000. Ese beneficio es el ahorro de tiempo y trabajo en limpiar que les permite tu producto. Si este beneficio lo valoran en menos que $100.000, no lo compran.

Supongamos que muchas personas le dan una gran valoración a la aspiradora y logras vender miles de unidades. Por cada unidad, tú obtienes una ganancia de $40.000 (precio menos costo). Y los compradores también ganan. ¿Cuánto? Pues la diferencia entre lo que valoran la aspiradora y el precio que pagaron por ella. De esta forma, este negocio genera un valor a la sociedad que se reparte entre los consumidores, los trabajadores (a través del sueldo) y el emprendedor (a través de la ganancia de $40.000 por unidad). Tu emprendimiento aportó al crecimiento, generó un mayor bienestar a la sociedad.

Supongamos que creas un nuevo producto: una olla que, después de usarse, se limpia automáticamente. El costo de crear cada olla es de $120.000. Pero el público no valora mucho este nuevo artefacto. Lo máximo que las personas están dispuestas a pagar por ella es $30.000. Es decir, por cada olla que creas y vendes, pierdes $90.000.

En este caso, no estás creando valor, estás destruyendo bienestar, pues usas recursos de la economía que valen $120.000 y los transformas en un producto que vale $30.000. Pero gracias a la información que te entrega el precio de mercado, te das cuenta de esto y cierras esta línea productiva. Solo produces y vendes la aspiradora, que genera ganancias a ti y a más personas. Y dado que el producto es exitoso, logras expandir tu negocio y crear más empleos. Estás ganando dinero gracias a que estás aportando a la sociedad.

De esta forma tan sencilla es como a través de los precios de mercado las personas sabemos cuáles actividades crean valor y cuáles las destruyen, tomamos la decisión correcta en qué enfocarnos y la economía crece, crea valor.

Algunos critican la economía de mercado y el crecimiento por el hecho de que existen abusos que generan más daño que beneficio. Algunas de estas prácticas son la concentración de mercado, estafas, información privilegiada. Pero estas prácticas no crean valor ni bienestar, al contrario, entorpecen el crecimiento. Sigamos con el ejemplo.

Supongamos que luego de crear tu negocio de aspiradoras automáticas, hay un nuevo emprendedor que encontró un método de producirlas a menor costo y quiere entrar al mercado vendiéndolas a un menor precio. Este nuevo emprendedor, al reducir los costos, aumenta el bienestar que se reparte en la sociedad.

Asustado, te contactas con tus amigos políticos y logras una ley que prohíbe la venta de aspiradoras de marcas distintas a la tuya. Así te conviertes en monopolista e impides la creación de aspiradoras a un costo menor que el tuyo. Es decir, impides que el bienestar social aumente.

O supongamos otro mercado. Una farmacia crea un remedio y sostiene que ayuda a tener un corazón más sano. Para convencer al público, le paga a un grupo de médicos para que recomienden su uso. Pero resulta que el remedio es una farsa. El público, que no sabe nada de medicina, no tiene cómo saber esto y confía en la recomendación médica.

La farmacia y los doctores ganan dinero, pero a costa de la destrucción de bienestar hacia los clientes, pues estos pagan por un producto que no vale nada. Es una estafa en base a una asimetría de información. Y la sociedad como un todo está peor, porque ese dinero gastado por los clientes se podría haber asignado a un producto que sí generara bienestar.

En estos dos ejemplos las empresas ganan dinero impidiendo el crecimiento económico. La sociedad como un todo no está mejor y es deber del Estado, a través de regulaciones y fiscalizaciones, impedir estas prácticas.

El crecimiento que defendemos los “fríos” técnicos es la creación de valor, en que tanto emprendedor como clientes están mejor.

Distinto son las prácticas de abuso de mercado. Estas no aportan al crecimiento, lo entorpecen y se traducen en una economía debilitada, en que se mal asignan los recursos escasos, y la sociedad pierde oportunidades para mejorar. Importante saber distinguir entre estas dos realidades y empujemos por un crecimiento en que el país en su conjunto se desarrolle.

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