EL MERCURIO
“Este proceso cayó víctima del deseo de ciertos sectores”
Bernardo Larraín
—¿Cuál es su sentir de este triunfo del En contra?
“Era el escenario que más se anticipaba, así que nadie puede declararse sorprendido. Se explica por la desconexión de las personas con la palabra Constitución. Y esa desconexión tiene una cuota muy grande de responsabilidad en el primer proceso. Y luego en la segunda etapa, era muy difícil revertir ese costalazo inicial. Hubiera sido posible si todos los actores que participaron se hubieran abocado, preferentemente, a las cuestiones que son propias de la Constitución: sistema político, la estructura del Estado y cómo lograr un mejor equilibrio entre la solidaridad y la libertad entre prestadores públicos y privados. Además, este proceso cayó víctima del deseo de ciertos sectores políticos de escribir en piedra políticas públicas que eran propias de su ideario”.
—¿Se refiere a los republicanos?
“En esta etapa lo hicieron los republicanos, a pesar de que reconozco en este texto avances bien importantes. Habiendo hecho una buena pega en las cuestiones sustantivas como sistema político y estructura de Estado, es lamentable que se haya fallado en haberse sobregirado en otras cosas y eso generó una sensación de que esta Constitución estaba reflejando más bien el ideario de un sector político y no una convergencia de distintos sectores”.
—El sector privado iba en su amplia mayoría por el A favor, ¿cuál es el riesgo para el empresariado que haya ganado el En contra?
“No solamente para el sector privado, sino que para la sociedad civil, el cambiar el sistema político de forma tal de que en el Parlamento, en vez de 22 partidos, hubiera 6 partidos, por ejemplo, y que recuperara su capacidad para lograr acuerdos era un punto central. Segundo, avanzar en una estructura del Estado que separara los gobiernos de turno de la administración pública y que la administración pública fuera meritocrática y técnica. Ese es el gran problema, porque esas son reformas que es muy difícil que surjan espontáneamente desde el Congreso, porque hay conflicto de interés entre los parlamentarios. Y esa es la razón por la cual me incliné porque se aprobara este texto”.
—¿El debate Constitucional termina con esta elección?
“Terminaría por este período, pero creo que es probable que se reabra, quizás no en los próximos dos años, pero sí después, siguiendo vigente el texto cuyo origen estuvo en la dictadura”.
“Ahora, lo relevante es pensar qué viene. Es bueno para el país que no se reabra la discusión constitucional. Pero eso no es sinónimo de postergar reformas sustantivas en la estructura del Estado y en el sistema político”.